miércoles, 15 de julio de 2015

13.

-Buenos días -suena una voz malhumorada.
-Buenos días -respondo a mi madre preparándome un café y recordando el día anterior- ¿dónde está Ian?
-Ya se ha ido.
-¿Al colegio?, ¿sin esperarme?
-Sí, aunque no al colegio de siempre.
-¿Qué quieres decir?
-Ha ido a un internado. 
-¿Qué? -estoy segura de que lo he entendido mal.
-Ha ido a un internado -repite sin subir el tono de voz.
-¿Que, qué!? ¿¡Sin despedirse?! ¿¡Sin decirme nada?!
-Si, Alberto me dio la idea, aún es pequeño y no se porta demasiado bien, quiero que esté bien educado cuando crezca -explica seria.
-¡Pues aprende a educarle tú!¡Lo que quiere ese tío es deshacerse de nosotros cuanto antes!
-No hables así de él, sabes que le quiero y es tu padrastro.
-¡¡Me da igual lo que sea!! Ese hombre nos odia, ¡y a ti te da igual!
-Kiara... -trata de hacerme razonar.
-¡Déjame en paz!¡No quieres ni educar a tu hijo!Y a mi, la maleducada de la casa, ¡¡no me dices nada de que se va!!-cojo el café y salgo dando un portazo.
Intento asimilarlo mientras camino hacia el instituto, ni siquiera me salen las lágrimas, solo me da vueltas todo. Una imagen de Ian siendo arrastrado por Alberto hacia un coche que le llevará al internado no abandona mi cabeza, necesitaba haberme despedido al menos. Llego a clase y me siento intentando ser consciente de algo a mi alrededor pero soy incapaz, simplemente veo imágenes de Ian, mi odio por Alberto aumenta a cada segundo y empiezo a odiar de la misma manera a mi madre, ¿por qué está tan ciega? Ese hombre solo decide lo que ella tiene que hacer dejándose a si mismo la mejor vida posible y una mujer en la cama, es increíble que ella no lo vea. 
Y mientras tanto Ian tiene que pagarlo, irse a un internado porque resulta que a mi madre le da pereza tratar de educarle al ver que conmigo ha fallado. Porque por supuesto el hecho de que quiera que mi hermano sea educado en un internado implica que odia como soy yo, mi forma de ver el mundo, mi desprecio hacia las normas y mi vida en general y no quiere que él acabe como yo. Eso sin contar con la influencia de su novio claro.
Desde que ese hombre se ha introducido en nuestras vidas mi madre no es la misma, se deja llevar por todo lo que él dice, me grita por todo, regaña a Ian por el simple hecho de quedar con sus amigos, parece que de pronto nos odiase. Y con él no es la mujer que era con mi padre, dulce y tímida. Es una fiera desesperada, el resto del mundo desaparece y ella se muere por el hombre que está destrozando su vida. 
Unos brazos me sacuden con fuerza y de pronto veo esos ojos azules que tanto conozco y su boca diciendo algo que no escucho, giro rápidamente la cabeza  y veo a toda la clase mirándome y un reloj por el que ha pasado más de una hora desde que lo vi por última vez. Me he indignado tanto que mi alrededor a desaparecido.
-¡Te llaman Kiara!- por fin oigo la voz de Sam.
-Ah -respondo aún ida mientras me levanto- voy.
-En la puerta de clase.
Me encamino hacia la salida con toda la clase mirándome y los ojos de Mario clavados en mi más que ningunos.
-¡Ki! -ahí está a quien necesitaba ver- ¿cómo estás?
-Bien, Mao, ¿y tú?
-Yo bien pero ¿y lo de ayer?¿Por qué tardabas tanto en salir?
-Me he quedado embobada lo que llevamos de clase, ¿qué paso ayer? y...¿qué haces aquí? ¿No tienes hoy clase?
-Mis padres me han dado permiso para quedarme unos días aquí, ¿cómo que qué pasó ayer? ¿No lo recuerdas?
-No - en mi mente se empiezan a mezclar las imágenes de Ian con las de ayer, con los ojos empapados de lágrimas de Mao bajo la lluvia, los ojos azules de Sam mirándonos con indiferencia después de habernos levantado, el puente, los brazos de Mao rodeándome, y millones más. La cabeza me da vueltas, creo que me caigo al suelo y de mis ojos empiezan a caer lágrimas.
Vuelvo a sentir los brazos de Marcos rodeándome pero esta vez para darme un abrazo, rodeo su cuello con mis brazos y él me coge levantándome en el aire y llevándome a nuestro árbol. Mis lágrimas siguen cayendo sobre su espalda pero no lo noto ya que estoy muy mareada y se me mezclan todos los horribles acontecimientos que estoy viviendo estos días.
Mao, en silencio, me sube al árbol y sube él volviendo a abrazarme en seguida. Trato de asimilar todo lo que ha pasado, Mao, Ian, Sam, Alberto, mi madre, demasiadas cosas, demasiada gente. Siento que me caigo del árbol, cierro los ojos y Marcos me sujeta sin dejarme caer.
- ¿Qué más ha pasado?
-Mi hermano, el puto novio de mi madre le ha enviado a un internado, sin decirme nada.
-¿¡Qué?!- Marcos le tiene mucho cariño- No puede ser.
-Pues es así Marcos, se quiere deshacer de nosotros y mi madre no se entera, no me acordaba de lo de ayer y se me están acumulando muchas cosas. Me he pasado desde que he entrado a clase soñando despierta, ¡ni siquiera estaba viendo la clase! Esto me está dando mucho miedo, quiero a mi hermano aquí y todo como era antes de que apareciera Alberto, antes de Sam, antes de que te fueras, antes de que leyeran mi cuaderno, quiero retroceder...
-¿Y antes de que te dijera que me gustabas? ¿Antes de haber besado a Sam? ¿De haberme besado a mi? ¿Antes de que tu hermano te cuidara como si fuese mayor que tú? Han pasado unas cuantas cosas buenas y tienes que centrarte en ellas.
-Pero... ¿Ian?
-Le vamos a buscar, y seguro que el estúpido de Sam se apunta encantado.

domingo, 24 de mayo de 2015

12.

-¡Kiara! Despierta, despierta, despierta por favor - oigo una voz distorsionada.
No puedo abrir los ojos por mucho que lo intente, mientras me esfuerzo por abrirlos sigue sonando esa voz que no logro reconocer y se mezcla con otra, lo único que descubro es que ambas son masculinas.
Cuando por fin despego los párpados descubro cuatro figuras moviéndose a toda velocidad, no, espera, son solo dos. Estoy muy mareada.
-¡Ki!-empiezo a ser consciente de mi alrededor, son Marcos y Sam. ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacen juntos sin discutir?
-¿Qué... qué ha pasado?- murmuro confusa.
-Que te has vuelto loca- se oye la voz fría del chico de ojos azules.
-¿Recuerdas que te he visto antes con él?-dice Marcos recalcando el rencor en la última palabra y señalando a Sam. 
-Si..- respondo al recordarlo, incluyendo el beso y el puente.
-Después de es te he encontrado a punto de tirarte de un puente y te he cogido en brazos, con la mala suerte de caer también y...digamos que "eso" nos ha salvado- explica sin mirar al otro chico.
Ah-susurro-ya me acuerdo, pero mis recuerdos se cortan cuando te sujetaste al puente.
-Has perdido el conocimiento-dice Sam tranquilamente.
-Ahora que ya te acuerdas ¿¡qué se te ha pasado por la cabeza!? ¿Eres idiota o qué? ¡Te habrías matado!-grita Marcos mirándome con unos ojos hundidos en miedo y de los que, me acabo de dar cuenta, no paran de caer lágrimas.
- L-lo siento -murmuro- te he hecho enfadar mucho antes y he creído que estarías mejor sin mi.
Sam se aleja un poco dejándonos intimidad.
-¡Eres estúpida!- grita de nuevo Mao a la vez que se impulsa hacia mi besándome con miedo a perderme y más pasión que nunca, yo sorprendida correspondo el beso. Cuando me separo a recuperar el aliento, él besa mi cuello y levanta la mirada- eres totalmente estúpida pero te quiero.


Siento hacer estos capítulos tan cortos T.T iré subiendo más en cuanto pueda.

11.

Cierro los ojos con fuerza. Llueve más que nunca y estoy calada hasta los huesos. Empiezo a revivir los momentos de las últimas semanas: un chico nuevo acosador que me gustaba, mi mejor amigo se muda y resulta que nos gustamos, pérdida de amigas.
Creo que ha sido la época más dolorosa de mi vida, y he decepcionado a Mao. Eso es lo que me importa ahora.
Adelanto un pie dejándolo en el vacío y abro los ojos. Las lágrimas corren por mis mejillas cuando oigo un lejano grito pero sonrío adelantando el otro pie. De pronto siento unos brazos rodeando mi cintura pero a pesar de ellos estoy cayendo arrastrando conmigo a quien sea que me ha cogido. Un brazo sigue rodeando mi cintura sujetándome contra un cuerpo trabajado mientras que el otro nos sujeta al borde del puente. Soy incapaz de reaccionar, casi no puedo ni respirar y sé que un movimiento en falso llevará conmigo a alguien que está arriesgando su vida por la mía.
El chico que me sujeta grita:
-¡Socorro! ¡Ayuda por favor!
Es Marcos, no puede ser, esa voz es de Marcos. Me quedo en un estado de shock, ¡no puede ser él! Pero de pronto todo se vuelve negro.

Siento que sea tan corto, es solo un mini-capítulo que enlaza la historia al siguiente.

viernes, 27 de marzo de 2015

10.

No, no, ¡no! ¡Marcos! ¿Cómo ha llegado aquí? Ahora pensará que Sam y yo...¡No! ¡Esto no es justo! Yo le quiero a él y justo ahora...¿por qué no ha avisado? Quiero estar con él, quiero poder abrazarle, quiero ser en quien confíe y quien ame y ahora... ¡no! 
Empiezo a correr llorando dejando a Sam en el banco, sin entender nada. Corro y corro a punto de desmayarme por el maldito agotamiento, pero sigo corriendo, jadeando, llorando, siguiendo a esa persona que probablemente ahora me odie. Empieza a llover y sigo, llorando, me caigo al suelo y vuelvo a levantarme, sigo corriendo en busca de su perdón y por fin veo su sudadera azul. Su espalda apoyada en la pared, la capucha calada hasta los ojos, las manos en los bolsillos y el oscuro flequillo cayendo sobre su triste mirada. 
-¡¡Marcos!!
Se gira como si no me hubiera visto ni oído pero ya he visto las lágrimas rodando por sus mejillas.
-¡Marcos!,no es lo que parece...
Oh ¡vamos! Es lo peor que podía decirle, queda de excusa falsa. ¿Qué le digo? ¡Solo le quiero a él! No lo va a creer...¿Cómo lo explico? 
Me acerco a él llorando, le miro:
-Te quiero...
-No mientas-responde por primera vez dando a entender que si me ha visto.
-No estoy mintiendo, te quiero-digo entre sollozos con toda la sinceridad que se expresar.
-Cállate.
-Marcos, lo siento, no...no me gusta Sam.
-Déjame en paz-mira al suelo haciendo que no existo.
Le miro, veo el dolor en sus ojos "lo siento" es todo lo que se me ocurre decir pero... Con eso daría a entender que Sam me gusta, que eso es lo que siento y no es así, siento que pareciera eso.
No me mira y yo sigo con la mirada clavada en sus ojos, en las amargas lágrimas que se derraman. Oigo su suave respiración y la mía agitada, sus latidos del corazón acelerados y la lluvia que cae. Me mira, con odio, con amor ¿cómo es eso? Ambos sentimientos confluyen en un punto, en su mirada, ambos dedicados a mi. 
Casi inconscientemente me pongo de puntillas con lentitud, me acerco a él mientras llora y no entiende. Yo sigo teniendo las mejillas empapadas pero ya no lloro, rozo mis labios con los suyos y le beso, con todo el amor y el arrepentimiento que siento. Él no me corresponde pero tampoco se mueve, siento sus lágrimas en mis mejillas mezcladas con las gotas de lluvia. Me abraza, me besa, descarga todo en el beso, descarga amor, pasión, descarga todos esos "te echo de menos" y esos llantos a distancia, descarga el rencor y el odio que le he hecho sentir. Respiro y le miro a los ojos llorosos, brillantes, preciosos. 
-Lo siento.
-Ya...
-Te quiero-susurro.
-No estoy seguro de si debo confiar en tus palabras- dice frío, dejándome sola bajo la lluvia.
Suspiro y me echo a llorar sin moverme, me da igual el frío, me da igual la lluvia, me da igual la gente, me siento estúpida y me odio. Empiezo a andar sin un rumbo fijo, vagando por calles que no había visto nunca antes. Debería estar en el instituto, quizá ya hayan avisado a mi madre, eso también me da igual. El cielo está oscuro cubierto por nubes grises, empiezo a correr sin saber a donde voy, el pelo mojado me tapa parte de la cara y las lágrimas llegan a mis oídos por el viento, llego a un puente. Adiós Marcos, te amo. Adiós Sam, te odio. O eso creo... Adiós Ian, te quiero. Adiós mamá, lo siento.

jueves, 19 de marzo de 2015

9.

Llego al instituto. Otro día con Sam, sin Marcos. Otro día sin motivos para aguantarlo, solo por el pequeño rayo de esperanza de volver a ver a Marcos. Me siento en mi sitio al fondo de la clase, a mi pesar al rato se sienta Sam a mi lado.
-Hola- saluda como si no hubiera pasado nada.
No respondo y aparto un poco la mesa de la suya sin mirarle. En seguida empiezo a hacer dibujos en mi cuaderno tratando de no mirarle, él simplemente junta su mesa a la mía pero no me habla más en toda la clase. No vuelvo a apartarme, tan solo, porque ya ha llegado la profesora y no quiero que me haga ser el centro de atención pidiéndome que vuelva a juntarme a Sam.
Terminan las clases de la mañana y salgo al patio, genial no tengo con quien ir, genial... Voy al árbol al que solíamos ir Mao y yo. Lo escalo y me quedo ahí pensando en como han cambiado las cosas de golpe.
Noto un roce en el pelo y me giro:
-Hola- me dice Sam que ha subido a mi lado sin que lo note.
-Adiós- digo intentando ser borde a pesar de que tengo miedo, miedo de él.
-Lo siento, no sé que me pasó.
-Ja, ja, ja. Pues nada, lo hecho hecho está. Adiós-repito remarcando la última palabra.
-Kiara de verdad que lo siento-susurra con una mirada más sincera de lo normal en el.
-Ya...-respondo perdiendo poco a poco mi porte frío.
-¿Me perdonas?
-Claro, ¿cómo no te voy a perdonar?. Tan solo me acosaste en el pasillo. No es nada.- sonrío con sarcasmo.
-Perdón...-murmura acariciando mi cuello con una mirada de lobo; una mirada pasional, misteriosa y...terriblemente sexy; una mirada que ya conozco y que por muchísimo miedo que le tenga, de alguna forma me atrae. La misma mirada que tenía cuando me arrinconó en el pasillo.
-No...-aparto su mano débilmente, sin mucha convicción.
-¿Puedo besarte?- dice a su estilo, directo, sin rodeos. Y aún con esa mirada.
-¿Qué?- pregunto sorprendida-¡No!
-Pues lo siento, se que no te gusta que rompan tus normas- susurra echando su aliento en mi cuello.
Al instante estoy tumbada en una rama gruesa del árbol, mis muñecas sujetas contra la corteza por sus manos y sus labios presionando los míos. No puedo moverme, no solo por él, no solo porque me sujeta. No quiero...sentir sus labios...es...es en parte bonito y en parte  horrible. Me besa, y yo no intento moverme hasta que se aparta porque necesita respirar. Según se mueve me echo a llorar inevitablemente, Sam, ¡joder! Me acosa, me besa aunque le diga que no, le odio, ¡le odio! Pero aún así he sido incapaz de apartarme de él. Y además Marcos...¿por qué?¿Por qué se ha tenido que ir? No quiero seguir asi, odio a Sam y echo de menos a Marcos. Odio a Sam, odio a Sam, odio a Sam...¡Odio a Sam!
Y justo en ese momento siento sus brazos rodeándome, mi cara en su pecho y sus manos secando mis mejillas. Yo sigo llorando, no le abrazo pero me apoyo en él, intento evadirme del mundo, evadirme de todo.
-Lo siento- susurra a mi oído con una nota de sinceridad en la voz que jamás había oído en él.
Tan solo otro sollozo más fuerte sale de mi garganta...le...le odio. Creo.
Me da un suave beso en el oído, no puedo más. Me aparto de él y bajo rápidamente del árbol, echo a correr, no sé hacia donde. Salgo del instituto aunque aún quedan clases y en una esquina me apoyo en la pared para recuperar el aliento además de secarme las lágrimas. Caigo de rodillas, estoy totalmente agotada y tan solo he corrido unos metros. Mierda. SFC joder no me acordaba, llevaba un tiempo mejorando. El SFC es el síndrome de fatiga crónica, vamos que básicamente me canso enseguida. Estaba mucho mejor. Joder. Estoy de rodillas en el suelo respirando con fuerza y a punto de desmayarme. No, ¡no! Ahora no...
Siento que alguien me coge en brazos, pasa una mano bajo mis rodillas y otra por la espalda. Me lleva a un parque, a un banco y me tumba. Coloca mi cabeza en sus rodillas y deja que yo respire poco a poco mirándome, no sé quien es, solo puedo pensar en mi respiración, si no me concentro en eso dejaré de respirar y será mucho, mucho peor. Me da igual quien sea en realidad, solo se que me está ayudando.
Abro los ojos léntamente y veo a un Sam de mirada preocupada y leve sonrisa al verme abrir los ojos. Una sensación de terror se apodera de mi cuerpo y empiezo a respirar de una forma entrecortada y muy fuerte. Intento levantarme pero él sorprendido me lo impide. Cierro los ojos y respiro más lentamente, ansiedad, ya, nada más.
Vuelvo a abrir los ojos:
-Lo siento
-No te preocupes ¿qué te ha pasado?- me pregunta.
-Nada importante-murmuro. Levanto la vista y veo unos ojos desde detrás de un árbol. Unos ojos castaños que conozco desde hace muchísimos años. Unos ojos que amo, que me miran con sorpresa, con rencor y curiosidad, pero sobretodo con amor.

8.

Ian se ha ido con sus amigos así que estoy sola en mi habitación. No puedo más...Quería a Sam, luego me decepcionó pero seguía detrás de él y cuando por fin me doy cuenta de que quien merece la pena es Marcos se va. Y para colmo ahora Sam trata de volver conmigo, con mi permiso o sin él. ¡No es justo! Lo he perdido todo... Echo de menos a Marcos...he perdido a mis amigas, a mi mejor amigo, al chico que me gustaba...todo y...
Me levanto de golpe de la cama cogiendo el móvil que suena con la canción "Bleeding out" de Imagine Dragons. Mi canción favorita y sobretodo, la de Marcos. Descuelgo el teléfono:
-Hola-se oye la voz de Marcos al otro lado.
-¿M-marcos?-digo sorprendida.
-Si, ¿qué tal estás?
-E-eh...¿q-qué tal el viaje?
-Bien, Kiara, ¿qué ha pasado?
-Pues...nada importante-digo intentando que no me tiemble la voz-Sam me ha...bueno ha intentado digamos que..acercarse más a mi. Y te echo de menos.
-A ver déjame que lo entienda...¿Te ha...arrinconado?
-Más o menos...
-Ki...
Suspiro con la respiración entrecortada. Le echo mucho de menos. No puedo seguir así.
-Kiara...te quiero.
-Y yo a ti... no puedo estar así...sin ti.
-Te quiero, y te voy a seguir queriendo, siempre.
-Vale, tenemos que...volver a encontrarnos Mao...
-S-si-dice a punto de llorar- Volveremos a estar juntos...sin esta distancia que se lo carga todo...Kiara...t-te lo prometo.
-Entre los dos...lo vamos a conseguir- le respondo sorprendida por sus lágrimas.
Se oye un sollozo al otro lado de la línea y yo también me echo a llorar. Pasamos así un rato, escuchando los sollozos del otro, la respiración fuerte y los latidos acelerados.
-T-te quiero- murmura entre lágrimas.
-Y yo a ti-afirmo intentando sonar fuerte.
-No dejes que Sam se acerque a ti ¿vale? No quiero que sufras... y menos por alguien como él.
-Vale, y tu...no dejes que se te acerque ninguna chica. Bueno si pero a ser posible...no dejes que yo me entere.
-La única chica que quiero que se acerque a mi eres tú...-susurra aun con la voz entrecortada.
-Lo conseguirás...-respondo en el mismo tono- ¿juntos?
-Juntos-afirma.
-Te quiero
-Y yo a ti princesa, espérame, llegare allí algún día.
-Genial-sonrio con lágrimas en la cara-tengo que irme, lo siento-le explico mientras se oye a mi madre gritar que vaya a poner la mesa.
-Vale, te quiero, adiós.
-Adiós, yo a ti también.
Bajo corriendo a poner la mesa después de haberme lavado la cara y haberme puesto maquillaje para que no se note el rojo de mis ojos. A pesar de todo, Ian, que acaba de llegar a casa, me mira desconfiado, sabiendo que ha pasado algo.

domingo, 22 de febrero de 2015

7.

Llegué a casa aun confusa por todo lo que había pasado y asustada, sobretodo muy asustada.
-Hola-dijo mi madre que estaba en el salón leyendo- ¿qué tal las clases?
-Muy bien- afirmo rapidamente con una sonrisa- tengo que hacer muchos deberes, ¿voy a ponerme a ello vale?
-Claro.
-Hasta luego-me acerco a darle un abrazo y me voy a mi cuarto mientras ella se mete de nuevo en la lectura-.
Saco los libros y los esparzo por mi mesa...muchos deberes, poca concentración. Sam... ha sido demasiado raro, yo creia que era un chico normal, luego un ligón..de estos que van con todas pero ahora...no se que pensar. Sin darme cuenta voy reviviendo ese horrible momento...su olor...su sonrisa de superioridad...
-¡Kiara!-se oye al otro lado de la puerta-.
-Eh...pasa-digo al darme cuenta de que me habia quedado "soñando" recordando el momento-.
-Vale...-entra Ian, mi hermano. Es la personita que más quiero, tiene 6 años menos que yo, tiene 10 pero me entiende casi tan bien como Marcos y siempre le cuento todo... (porque me hace un interrogatorio cada día, pero bueno, detalles sin importancia)- ¿Por qué no contestabas?
-Nada, estaba en mi mundo como...
-Como siempre-termina el la frase-.
-Si...
-Estás muy rara-murmura-¿qué ha pasado?¿el chico nuevo ese?
-Pues...s-si...
-¿Se ha ido con otra chica más o algo?
-Al contrario...-susurro aguantandome un sollozo-.
-¿Ha ido contigo?¿Entonces que es lo malo?
-Ian...me ha acosado-digo mordiendome el labio-.
-¿Qué?-pregunta sin asimilarlo-.
-Ha intentado...besarme...sin que yo quisiera...
-¿¡Qué!? ¡Ese pedazo de...! ¿Por qué no puedo tener solo unos años más? Iría y le pegaria una paliza por tratarte asi...¿Kiara..estas bien?
-Si tranquilo- sonrio-.
-¿Seguro?-dice aun alterado-.
-Si...tranquilo pequeñajo-le revuelvo el pelo- Yo soy la mayor además ¿no?
-Supongo..-dice mientras me abraza-.
Le abrazo de vuelta...como le quiero <3.